De repente todo se torna de ese color que nadie nombra, de repente te da por coger el lápiz y escribir como una posesa y desesperada poeta, dejando un rastro de letras que tan solo tu entiendes en tu humilde vocabulario de palabras extensas.
De repente la música salta de ese equipo de música viejo y destartalado, y va al encuentro de unos dedos tensos que , de tanta melancolía,hasta miedo tienen de despertarlos y dar con la formula de un baile acompasado.
Pero te paras y miras ,miras como todo a tu alrededor se convierte, se transforma de ese color que tu, tanto anhelas y se abren las puertas y las ventanas y todo ,todo se convierte en esa luminosidad que ,hasta molesta si la miras de cerca.
Mujer que sola estas ,te preguntan,¿ yo? que va ,sola no estoy ,ando tras las teclas ,de una vieja maquina sin tinta,por que la tinta la ponen mis lágrimas que sin que yo se lo pida ellas ponen el color que mas les gusta.
No ,no estoy sola, ese disco salto del equipo de música y a mi encuentro fue ,para que mis dedos bailen, al son que el menciona,dejando tras de si rumores , de una extensa locura transformada en poesía urbana.
De repente todo regresa a su normalidad cotidiana, y yo sentada en este viejo sofá, sigo el compás de una hoja que se cae del árbol sin apariencia alguna ,esperando a ser recogida por el humilde barrendero que pasea sus penas entre hojas que no son precisamente hojas con letras escritas donde alguien puso una sinfonia sin aparentar locura efimera.
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