Déjame que me adentre en esa mirada que fijamente tras las aguas cristalinas, susurran letras incontenidas llenas de paz, llenas de ternura para compartir.
No me hagas un disfraz, con tus sentimientos ocultos tras el hielo glaciar, di lo que piensas, dime lo que tú sientes sin tener que tapar con una venda la verdad, que tras el cristal de tus gafas opacas me quieres contar.
Será entonces cuando tras la tormenta de nieve, cubriendo de nuevo la tierra seca, saldrás como loba en busca de presas, en busca de comida, en busca de tu compañera, que se alejó sin más explicación que un volveré, pero no sé cuándo.
Y llegaré sí, llegaré entonces a sentarme a tu lado, y despacio como el susurro del aurora boreal, cuando nace, escucharé lentamente tu deseo más carnal de boca de tus labios húmedos por tu forma de amar.
Y me contarás, el por qué de ese aullido de melancolía, de esa locura que trae tras de si las capas ocultas de la noche más oscura, la noche más glaciar en tu mirada.
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