25 de noviembre de 2012

QUE NO SE APAGUE UNA VIDA POR UNA BOFETADA



Un día: 25 de noviembre. Un día para decir de nuevo ¡basta! Un día de nuevo para no esperar más detrás de una puerta sus pasos mientras a ella le late el corazón con fuerza, como queriendo escapar de esa caja que la oprime sin remedio. Pasos que se oyen más cercanos. Voces que resuenan con más fuerza. Gritos. Llanto. Preguntas que no tienen un porqué, ni un cómo, ni un por dios cuándo empezó todo que ya no lo recuerdo... Una pérdida de identidad que nunca se supo cuando empezó. Ella ya no se conoce. Ninguna mujer maltratada se conoce cuando se mira el espejo. ¿Es amor o es costumbre? Es rabia, ella ya no es ella. Y el ya no es él. O siempre lo fue y no se quiso ver. Ceguera absoluta. ¿Amor? Aguantar… Aguantar ¿por qué? Hijos que no saben qué ocurre. Silencios que comienzan cuando una mano se levanta. Porque cuando una mano se levanta, se apaga una vida. Dolor. Impotencia. Rabia. Eres mujer. Pero mujer, ¿sabes…? No eres menos.
Un día: 25 de noviembre. Un día para que no se repitan más veces 43 casos oficiales de violencia de género, como ha ocurrido este año en nuestro país. Un día para que no se repitan las mismas muertes a lo largo de los últimos 10 años en España: hasta 649…Son muchas, muchas mujeres…Un 25 de noviembre para que las mujeres no renuncien a los procesos judiciales ya que el 29% de ellas desde 2009 dijo: no voy a seguir con esto, no tengo más fuerzas para continuar, no puedo más… Pero sigue la desigualdad, sigue la desprotección, sigue la indeferencia hacia un problema que nos atañe a todos… Y ahora más que nunca, sigue la lucha porque las nuevas tasas del Gobierno no pueden ser un golpe más en el rostro de decenas de mujeres en nuestro país. No, ahora no. Ni una gota de sangre más. Otro golpe más no. ¿Qué mañana les espera a las mujeres que no puedan divorciarse de su propio maltratador? ¿Y a sus hijos? ¿Y a sus familias? Las 43 muertas este año jamás podrán responder a esas preguntas.
Un día: 25 de noviembre. Día para que los hombres de entre 31 y 40 años y los de más de 64 no levanten más la mano para apagar una vida. Y el resto de los hombres tampoco.Entre estas edades se recoge el mayor número de muertes. Unos porque se sienten más fuertes, más capaces… ¿Más machos? No, más cobardes. Otros porque verán que siempre se hizo, porque pensarán que la mujer no nació para dar opiniones, nació para obedecer. Pero no… la mujer no nació para obedecer, tampoco para esperar detrás de una puerta mientras ver llegar el siguiente golpe con el solo acompañamiento del abrazo de un hijo. Ven en ellas la debilidad, el perdón eterno. Pero cuando se hace una vez, detrás siempre vienen más. Y ahora esta crisis… Un nuevo llanto en una casa que ya no es hogar: más desempleo, menos autonomía, más desigualdades, menos posibilidades, más tiempo de espera y una esperanza que no llega…
Una mano que se levanta.
Un grito que se ahoga.
Sangre que se derrama.
Dolor que asoma.
Vida que se apaga…
¿Será algún día este el de las mujeres amadas?

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